Guardianes de la Galaxia Vol. 2:
“La Galaxia” es grande de cojones, las cosas
como son, así de entrada. Pero es que, además, no estamos hablando de una
galaxia así, según sales al vacío del cosmos a la derecha, porque el que puso
el título a la película lo que es de ciencia iba justito. Hablamos de TODAS las
galaxias del Universo conocido, hasta donde te dé el queroseno de la aeronave
más diésel del momento. Que ya es espacio profundo para guardar.
Así que, si ya de por sí hay más espacio que
en las naves de los IKEA, encima parece ser que lo de que si estamos solos en
el Universo y demás zarandajas que nos planteamos en los principios de este
siglo en la Tierra es un mojón de pregunta, y los diversos planetas esparcidos
por doquier en el billar gigantesco que hemos delimitado tienen más habitantes
que los chalés de Torrevieja en la época dorada del “Un, dos, tres”. Hay más
bichos que en la alfombra de la Familia Addams… Y resulta que hay más malotes
que buenos, porque si no la cosa no tendría gracia.
Y ahí que va el grupo de Eulen que se formó
en la película original, mapache y brote de soja con maceta incluidos,
sembrando la paz a golpe de guantás con la mano vuelta de planeta en planeta,
que ríete tú de los inicios de Anakin Skywalker, midiclorianos van,
midiclorianos vienen. Es una verbena andaluza, el cosmos. Así, Pedrito Quisquillas, el humano del
grupo, se ha hecho novio de la nenufariana verde lechuga (que, salvo ser del
color de las ranas, está para cogerla y enseñarle la parte de debajo de los
colchones de la nave, las cosas como son), y claro, lo de formalizar las
relaciones en el campo gitano que hemos dicho antes no es sencillo, y encontrar
al padre del pollo, un tal Estrellito Castrao, no va a ser fácil mientras que
barren a los borrachos estelares de las cunetas cósmicas de las autopistas de
Renault Espace Universe, que van como locos y cada día dan más disgustos.
¿Lo conseguirán nuestros héroes?
¿Formalizarán su relación el humano tristón y la florista? ¿Aprenderá inglés
tabulaniano el mapache? ¿Volverán las oscuras golondrinas rotanitas en las
ramas del árbol de té que crece en la maceta sideral sus nidos a colgar? ¿En
serio, un MAPACHE con un BAZOOKA?