El círculo:
Mae Chopupa siempre ha querido trabajar como
asalariada en el Círculo de Los que hacen como que leen, que es una empresa de
informática de Internet que en realidad no tiene nada que ver con la lectura,
pero como que aprovechó el tirón del nombre de la empresa cuando esta quebró y
ya tenían las estructuras hechas. El ahorro en becarios no es moco de pavo, que
en la época en la que tiene lugar esta historia, ya no gobierna Rajoy, y parece
que los sueldos vuelven a ser más o menos dignos para un chaval que está
empezando. Así que cuando Mae recibe la llamada para comunicarle que la han
contratado, está a puntito de hacerse pis encima como los perrillos pequeños
por los pasillos cuando los llevan a una casa por primera vez.
A primera vista, la empresa parece la leche,
porque ofrece lo mismo que Tinder o Badoo, pero poniendo tus preferencias para
rechazar a los feos directamente en lugar de molestarte en darle con el dedo a
la pantalla. Un adelanto sublime en la tecnología para el ser humano de la
época, vamos, la evolución padre. Eso sí, tanta modernidad y el estar a la
última exigen un sacrificio, por lo que el sistema también se preocupa de
encadenar dichas operaciones con pequeñas transferencias al banco desde la
cuenta del usuario, nada, futesas de apenas un par de cientos de maravedís
cósmicos (la moneda oficial del año en cuestión). Además, la charla de Jorge
Cuadrado, a la sazón el líder de la sect… de la Organización el día en que
entran a formar parte de semejante gigante es un hito en sus vidas, como cuando
se te llanaban las vidas del Candy Crush sin tener amigos para pedir.
Y claro, al principio Mae está entusiasmada
porque tiene en su mano los perfiles de todos los adonis de la red, y encima en
los descansos de su curro sus compañeras y ella hacen competiciones de rayuela
y pídola, que por lo que parece se han vuelto a poner de moda, por lo de hacer
eso que en el siglo XXI se llamaba ejercicio. ¡Cómo eran, los del siglo XXI!
Pero claro, lo que parecía fetén para
encontrar novio no resulta tan sencillo, porque lo que para los tíos es un
descarte automático, para las chicas no tanto. Al fin y al cabo, en una
sociedad como esa, los tíos follan menos que los amigos de juventud de Julio
Iglesias, y les vale todo, de modo que siempre dicen que sí a cualquier chica,
y el sistema se vuelve loco intentando encontrar un método para filtrar a los
babosos y quedarse con los hercúleos que no mienten en sus perfiles.
La película es una dura crítica social al
gobierno del PP en los albores del siglo XXI, como cualquiera con criterio
podría apreciar. Y sale Hermione, que quiera que no le da valor para la
juventud, que no hay que subestimar a la cantidad de adolescentes que tuvieron
sus primeros escarceos onanísticos con la escena de la tercera película en la
que enseñaba un pedacito de rabadilla. Un éxito de público y de crítica en sus
dos primeros minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario