viernes, 28 de octubre de 2016

Críticas en screener: Doctor Extraño

DOCTOR EXTRAÑO:

   Estefanín de las Altas Cumbres Borgóñez de Urraco y Fresnedilla (don Fanín para el vulgo y sus pacientes, ricos de los que no llevan dinero encima porque se los llevan los porteadores en macutos en la cabeza por detrás) lo tiene todo en la vida. Su mujer es modelo de las de el “después” en cualquier anuncio, sea de lo que sea; posee un jet privado y una flota de coches que le daría urticaria a CR7 de la rabia; dos chalets, cuatro pisos, treinta y siete personas de servicio… Y, para colmo, siempre engaña a sus pacientes, recetándoles medicamentos de marcas que no son blancas, de amigüitos suyos que luego le untan como una rebanada de pan de molde. Vamos, que ya nos hacemos una idea de que el pollo es algo asquerosote.


   Pero hete aquí que un buen día, su nuevo Lamborghini se encuentra con la cáscara de plátano que ha dejado un pobre en medio de un paso de cebra que se salta, y la cosa se tuerce; se tuerce mucho. En concreto, el Lamborghini para fabricar Micromachines, las piernas para hacer un puzzle en 3D, cuatro vértebras desplazadas y el cerebelo tocando los bongos con la glotis. La cosa se pone muy malita para él.
   Pero un buen día recibe la visita en su casa de los Séptimos Hijos de la Misericordia de Yahvé, que le hablan de un mago-curandero-ermitaño que vive en Despeñaperros llamado Joan Timariz. Fanín acude en su silla de ruedas voladora a la cueva del susodicho eremita, que lo recibe al ritmo de un violín imaginario, con una gran sonrisa y un gorrocóptero, que da vueltas aunque ni funciona ni nada.


   Timariz le impone las manos a Fanín, y milagrosamente este se recupera, o eso es lo que él cree. Vuelve a su trabajo en la consulta caminando por su propio pie, pero al avanzar la mañana hay algo que le preocupa, aunque no sabe qué es. A cada uno de sus pacientes le dedica más de dos minutos con cuarenta, les llama por su nombre de pila, e incluso les receta medicinas acertadas de marcas tan blancas como si las hubiesen lavado con Ariel. Según va pasando esto, la realidad alrededor de Fanín se va distorsionando, abriendo y cerrando agujeritos espacio-temporales que permiten al nuevo superhéroe luchar mejor contra el mal que piensa que le corroe.

   Hasta que llega a su consulta un tal Mariano, y aunque intenta ayudarle no es capaz de acertar con la incapacidad que le aqueja, y a cada intento por probar un nuevo fármaco, el sujeto se vuelve proporcionalmente más tonto que en la prueba anterior. Así, los últimos doscientos de los doscientos ocho minutos que va a durar la película, se está jugando con las distintas realidades dimensionales, y uno no acierta a pensar el todo en su conjunto: Que el paciente Mariano no puede ser más tonto de lo que llegó a la consulta, lo que pasa es que va teniendo cada vez más confianza con el doctor y demuestra más cómo es; que Timariz es en realidad un antiguo paciente descontento de Fanín, que es mago pero de los de verdad, de curar la invalidez y todo, aunque las visiones de realidades alternativas y el carácter de persona parece ser que se las inculcó al doctor con unos parches de efecto retardado que le aplicó cuando estuvieron en Despeñaperros sin que se enterase; y que de por sí el protagonista ya se ponía de pellote hasta las orejas de normal, así que ahora que había de combatir el dolor no veía la luz del día de lo que se le cerraban los ojos, por lo que la suma de todo eso le ha vuelto como las de Machín. Bueno, todo eso y un primer plano de su mujer modelo que dura alrededor de dos pajas y media, y sólo por eso ya os digo que es imprescindible, aunque no es necesario ni que lleguéis al final.


viernes, 21 de octubre de 2016

Críticas en Screener: El contable

EL CONTABLE:

   Viridiano Peláez Lobito es un ejemplo práctico de en lo que se ha convertido el sistema educativo de hoy día: Según los conocimientos adquiridos que se le activen en cada momento del día en el cerebro, lo mismo te resuelve la conjetura de Poincaré que se pone como Rain Man a contar los palillos en un pasillo del Carrefour, así, moviéndose adelante y atrás como los perrillos de la bandeja de atrás del coche. Pero ya no es únicamente eso, sino que, teniendo en cuenta que estamos hablando de LOGSE, LOCE, LOMCE, LODE, LOE, etc., lo raro es que no estemos todos como un pastor de grillos y sea sólo un caso aislado, el de Viridiano. Así que descubrimos, derivado de ello en un primer giro de guión igual de sorprendente que las exclusivas del Sálvame Naranja, que también es un asesino a sueldo, porque vivir del sueldo siendo un genio matemático está complicadito en según qué lugares.
           


   Al ser un trastornao, la única forma que tiene Viridiano de mantener un poco el control en la vida, Biodraminas aparte, es ser un insensible obsesivo compulsivo, lo que pronto le granjea interesantes amistades entre los políticos más relevantes del país, a los esas habilidades les van fetén para controlar a las masas (bueno, y quizá para llevar la contabilidad B también, y para eliminar, digamos, bloqueos políticos, que es lo que tiene ser un genio matemático asesino además de un asqueroso, ejem…) Vamos, que a poco que se lo proponga, Viridiano se convierte en imprescindible como la black list del móvil, y eso da mucho peso al guión de la peli (impagables los planos de doce minutos de reloj tensando el gatillo cada vez que va a disparar el pollo, todo tensión, cálculo de variables y dicotomías éticas él)


   Como era de esperar, al final a Viridiano le pilla la crisis y la cosa da un segundo giro de guión que ni los de Ciudadanos en un pacto de gobierno. Con la moda de cantar en juicios públicos, los políti… La gente de por ahí ya no requieren los servicios armados del mozo, y con los recortes en Educación, hasta un inspector viene a borrarle todo lo escrito en la pizarra cuando tan sólo le faltaba poner el punto a la explicación del Problema del Milenio de Poincaré, sin atenerse al millón de euros de razones que nuestro protagonista le intentaba promulgar en un esfuerzo ímprobo por comunicarse con otro ser humano verbalmente. A Viridiano se le va la olla del todo, que en un contraplano en blanco y negro hasta se aprecia el vapor de la presión salir por casi todos sus orificios, y a pesar que le llueven las ofertas como profesor de instituto en varios países del extrarradio de Europa, y más ofertas como, ejem, limpiador en las costas de Italia, él prefiere quedarse en su país, en un esfuerzo patrio por dedicarse a uno de los deportes más arreigados en los convulsos últimos tiempos…
     

jueves, 20 de octubre de 2016

Vasco contrae el Ébola y se cura tras administrarse una aspirina.



Vasco contrae el Ébola y se cura tras administrarse una aspirina.
Por: Ildefonso Rubio Limón. 

La localidad bilbaína de Getxo se ha despertado hoy conmocionada al enterarse que uno de sus vecinos, El Joseba, había contraído el virus del Ébola, aparentemente tras haberse visto abocado a consumir el típico limón pocho con una flora única que existe en toda nevera de soltero.
El Joseba, notando debilidad, se dirigió al centro médico, donde un médico de la capital se  le comunicó que disponía de poco tiempo de vida. El Joseba volvió a su casa tras denegar indignado la baja que se le ofreció, se tomó una aspirina y se fue a dormir. Tras un sueño reparador, se encontraba totalmente curado.
          
Aquí El Joseba momentos antes de tomarse la aspirina.


Ante este hecho tan insólito, El Joseba aclaró: ¿Qué me voy a curar por la aspirina, hostia? ¡La aspirina fue porque me dolía el estómago por los cuatro cocidos que me preparó mi amatxu para la merienda, coño! Los médicos le han realizado una serie de pruebas que han servido para determinar que su sistema inmunológico está compuesto no por glóbulos blancos, sino al 100% por testosterona. Se ha curado por sus cojones, nunca mejor dicho aclara el responsable de la investigación.

Tras este hecho, se le ha pedido a El Joseba que done un poco de su testosterona y, parece ser, que ya ha llenado dos cisternas para los científicos.

lunes, 17 de octubre de 2016

viernes, 14 de octubre de 2016

Criticas en Screener: Inferno.


INFERNO:

   Así, de buenas a primeras, lo que se te viene a la cabeza es que el rotulador de los créditos no ha terminado la ESO, y que al encargado de repasar que todo está correcto habría que darle con la regla de las monjas en el cielo del paladar. Pero luego te dicen que no, que en realidad es que es latín. ¡Latín! ¡Vamos, no me jodas, así que era esto, se hizo para joder a los pobres encargados de las secciones de cine en los distintos medios!
   Bien, una vez aclarado esto, pasemos a la chicha de la historia, que es de lo que trata esta sección. La peli la protagoniza Tom Hanks, que ya de por sí es como un subnormal emocional pero voluntario, así, porque él lo vale. Y encima es que aquí empieza en el hospital, con un golpe en la cabeza y sin memoria, de modo que ya los primeros minutos representan un modo destroyer para críticos de cine con un número de seguidores similar al de nuevos párrocos europeos ordenados en el siglo XXI y para sibaritas de los diálogos kilométricos. Esto es como un plano secuencia hecho por un colegial con ganas de usar el Superglue.


   Eso sí, del mismo modo que el profesor Langdon se desenvuelve como un polaco en el logopeda, resulta que siempre, pero siempre, y quiero decir INVARIABLEMENTE, en todas las películas que protagoniza, se le arrima una jamona como para no importar que se extinga el resto de la raza humana, que ya haremos lo nuestro por la repoblación, y ya tal… Lo cual sería un detalle a poner en el currículum, de no ser porque también el pollo arrastra el sambenito de ser más gafe que atar un salero a un gato negro y tirarle escaleras abajo vestido de amarillo.


   Así que nada, en menos que se compone un disco de reggeaton, ya tenemos a nuestros dos pollos corriendo como si no hiciese cinco minutos que el mozalbete estaba en coma babeando como un tronista en la segunda cita, porque también aparece el consabido asesino de los de la mala muerte, que tienen la cicatriz en la cara más grande que el ramal R-2 de la autovía de Zaragoza, pero en este caso peor puntería que los guionistas de Águila Roja con los hechos históricos.
   Pero como es Tom Hanks, y quiere aprovechar que lleva gachí, y no es un papel de retrasado, ni le mutilan, ni naufraga ni se queda tirao en el Adolfo Suárez esperando a la chavala de Iberia que le ha de facturar el maletín, pues se envalentona, y se la lleva a Roma, a Venecia y a Estambul a ver si con lo del jet lag la moza no puede dormir y se la trincha como al proverbial pavo de Acción de Gracias. Pero claro, es Tom Hanks, así que cuando ya la tiene a punto de caramelo flambeado, se pilla una gripe del catorce con el virus que ha esparcido el malo malote, que tiene más mala leche que los del Zika y el Ébola juntos, y al final casi acaba con la población mundial de verdad.


   Y ahí se queda la cosa, pendiente de la tensión de hacerse una continuación que incluya la palabra undead, o un melodrama tele fílmico de los de mantita y chocolate con las amigas de la residencia de la abuela, con seres de luz repoblando el mundo con alegorías de insectos libando para no mostrar penes, que no es plan que las abuelas dejen de golpe todas las plazas libres.

lunes, 10 de octubre de 2016

El pueril arte (I)




Dan Bodelson - Flower Wagon

¡Bienvenida rebuznante!

EL REBUZNARIO:

¡Jiih-Jaah! ¡Jiiih-Jih-Jahhh! ¡Jiiihhh-Jaaaaah!

¡Huy, perdón, se me olvidaba que alguno de nuestros lectores puede no ser un asno! Les traduzco, les traduzco…

Pues nada, que somos esos anteriormente conocidos como “latirafloja”… ¿Cómo? ¿Qué no? ¡Sí, hombre, sí! Esos que estuvimos cuatro años haciendo el gilip… Haciendo reír a sus familiares… No importa, si no nos conocía, estamos acostumbrados. ¡Nuestras madres optaron por la misma opción! Pero bueno, al grano. Que sepan ustedes que comenzamos esta andadura en “El Rebuznario”, sin más intención que la gloria bendita, la santidad, la erradicación del hambre en el planeta, la paz mundial, la paz mundial cuando la primera se desestabilice y la desaparición de los bloques de anuncios de Antena 3.


Y poco más, que ustedes, hayan llegado por el medio que hayan llegado, lo disfruten, y sean bienvenidos a este su nuevo peseb… ¡Hogar, hogar!